No creo que existan fórmulas mágicas ni recetas infalibles a la hora de crear un emprendimiento. Es más, muchos emprendimientos de éxito comenzaron casi sin darse cuenta, sin planes de negocio ni proyecciones a futuro. Pero aún así, creo que nunca viene mal leer sobre el camino que recorrieron otros y así saber cuáles son las piedras a las que hay que estar atento para no tropezar. Por eso, acá van mis 5 consejos para emprender:

Escribir TODO

Si es con lápiz y papel mucho mejor porque eso lo hace más personal, más tangible y más real. Aparte de que genera un vínculo especial con tu propio sueño, algo que empieza a gestarse en forma de palabras y bocetos. Todas las ideas, tareas, garabatos, dibujos, croquis, o lo que se cruce por la cabeza, siempre dejarlo escrito para que no se pierdan en lo efímero del pensamiento.

Yo personalmente, tengo un cuaderno especialmente para Sasy, que no puede interrumpirse con ninguna anotación que no tenga que ver con esto. Siempre antes de pasar las cosas a los programas de diseño, Word o lo que necesite, pasa por el cuaderno. Ahí es donde todo comienza a tomar forma y sentido. Es el lugar para dar vueltas, plantear, bocetar, tachar y repensar sin miedos. Es el lugar para equivocarse, releer y mejorar cualquier cosa que quiera que forme parte de mi proyecto. Y el que te permite abrir una puerta atrás y rescatar ideas pasadas que en algún momento no te parecían adecuadas, pero ahora puede ser lo que estabas buscando. Por eso, también es importante no olvidarlo, releer hojas anteriores y desmenuzar comentarios pasados en busca de cosas que se puedan replantear o reutilizar.

Organizarse y tener prioridades

Uno de los problemas con los que más lucho en el día a día, es el tema de tener miles de tareas e ideas revueltas en mi cabeza y no saber por dónde empezar. Por eso, lo primero que hago cuando empiezo a trabajar es trazar los objetivos del día y hacer una lista de tareas ordenada por prioridades. A medida que las voy haciendo, las voy tachando (esta es la mejor parte, te lo aseguro). Tener una lista organizada, es lo que me permite despreocuparme y no estar pensando mil veces en el día, si no me estoy olvidando de nada. Esto me ahorra tiempo y me libra un poco del estrés de las tareas diarias de cualquier negocio.

 

No querer ser omnipresentes en las redes

Una situación que me sucede seguido cuando comenzamos a plantear la comunicación de una marca con un cliente es que me dicen que quieren estar en todas las redes. Y cuando les pregunto ¿por qué? La respuesta suele ser: “No sé, porque dicen que hay que estar”. Dejenme decirles que para mí, estar por estar, sin ninguna justificación no sirve. Para nada.

Cada red social tiene su propósito. No son todas iguales, no funcionan todas de la misma manera y, por lo tanto, la comunicación de la marca no se puede aplicar a todas por igual. Por eso, es sumamente importante informarse sobre para qué sirve cada una y cómo utilizarlas eficientemente. Y meterse únicamente en las redes que puedan ser útiles a tu marca en particular. Porque si no, vas a estar invirtiendo muchísimo tiempo (las redes sociales son un poco más complejas de llevar de lo que pueda parecer, y esto consume bastante tiempo) en algo que capaz no te sirva. Y bien sabemos, que lo que menos hay cuando se comienza un emprendimiento, es tiempo. Por eso, antes de crear un perfil en toda red que se cruce en el camino, es necesario analizarla bien, preguntar ¿para qué la quiero y qué voy a publicar ahí?

Y otro dato para tener en cuenta sobre las redes sociales: hay que tener tiempo para administrarlas y tomárselas enserio. Si vas a publicar una vez cada dos meses, es mejor cerrarla. Una red social que no se actualiza puede ser contraproducente para tu negocio. Porque imagínate esto: un nuevo cliente se interesa en tus productos y entra a buscarte a Instagram para averiguar cómo comprar pero vos no publicás nada desde la promoción que hiciste en año nuevo. Lo primero que va a pensar ese cliente es que el negocio no funciona más, que ese precio ya no está actualizado y que el producto capaz ni siquiera esté en stock por ser de una colección anterior. Por eso, antes de entrar en cualquier red, es necesario analizarla seriamente y ver si podemos mantenerla, si no es así, es preferible no estar.

No dejar los textos en último lugar

La forma en que un emprendedor se comunica con su público es uno de los puntos más importantes a la hora de cerrar una venta. Por eso, es importante prestarle atención a la redacción y a la voz que se le da a los textos:

Por un lado, es bueno refrescar todas las reglas que nos enseñaban en el colegio: coherencia y cohesión, reglas ortográficas y de tildación. Un texto bien escrito le da presencia a tu comunicación. Es una parte importante para que tu posible cliente vea tu negocio como un lugar serio y de confianza.

Y por el otro, hay que tener en cuenta el tono de comunicación. No es lo mismo hablarle al cliente de “usted” que de “vos”. Ni tampoco si se le habla en primera persona del singular o del plural. ¿Tu mensaje va a ser: “Vení a conocernos”, “Sasy te invita a conocer sus productos” o “Te invito a conocer Sasy”? Por eso, uno de los puntos que hay que definir desde el principio es cómo te vas a comunicar con tu cliente. La idea es que todo tenga coherencia entre sí porque tampoco quedaría bien que un día hables en plural y otro en singular, sería muy confuso para tu cliente.

Y siempre, revisar los textos varias veces. Para que en una de esas, no se te escape algún error que surgió reformulando una frase.

No ignorar el diseño

Y cómo diseñadora que soy, este es uno de los temas que me parece más importe destacar. El diseño no es algo que pueda darse al azar, ni que se puede ir armando sobre la marcha.Todo buen emprendimiento que esté pensando para triunfar y perdurar en el tiempo necesita de un buen diseño que lo respalde porque es lo primero con lo que se van a encontrar tus clientes. Es la cara visible, la presentación. Es la personalidad y la identidad de tu marca. Por eso, tiene que estar planificado en un sistema que se pueda sostener y funcionar en diferentes ámbitos sin perder su esencia.

El diseño de una marca es algo delicado. Tu producto puede ser súper original, tener la mejor calidad y ser muy superior a tu competencia, pero si su diseño de marca e identidad es pobre, lamentablemente, parecerá que tu producto también lo es. Un buen diseño es lo que va a hacer que tu cliente te recuerde como un negocio de calidad, serio y profesional. Algo no menor, es que un negocio que su diseño transmite confianza, le permite subir tus precios y conseguir mayores clientes. Por eso, es algo que no puede quedar relegado para el final o para ir viendo como lo “armados sobre la marcha”.

Dicho esto, no te olvides que si sentís que necesitas ayuda con el diseño, siempre me podés escribir.

Estos son mis cinco consejos para emprender. Pero si aún necesitás un empujón para comenzar con tu emprendimiento, te invito a leer mi post sobre lo que significa este camino.

 

Espero que mis consejos te hayan gustado. Y ahora contame, ¿Te parecieron útiles? ¿Qué es lo que más te cuesta en tu negocio?