Si sos emprendedor, probablemente ya te hayas topado con este pensamiento antes. Si aún no lo sos pero lo estás pensando, es mejor que te lo cuente ahora y no te agarre un ataque después: emprender no es fácil! El que diga que emprender es un trabajo de medio tiempo, algo para hacer mientras aparecen trabajos grandes o es algo sencillo para conseguir un dinero extra, lamento decirlo, pero miente. Emprender no es fácil. Pero tampoco imposible.

No estoy escribiendo estas líneas para asustar a nadie, sino porque es algo que me pasa a mí misma con “Sasy”. Cada emprendimiento es diferente y sigue el rumbo de la personalidad que tenga su emprendedor. Por eso, no puedo hablar por todos los casos pero quisiera que charlemos un poco sobre una de las piedras más grandes que tiene esta actividad y con la que seguro todos alguna vez nos tropezamos: las crisis de emprender.

Si seguís mi blog, te habrás dado cuenta que no estuve publicando en varios días, y la razón es una de estas crisis. Nos pasan a todos. Son molestas e inevitables pero son las que más nos ayudan a progresar. Nos empujan a crecer y ser mejores. Aún que sea algo paradójico, si no hay crisis, significa que algo no está bien.

Cuando estas crisis aparecen sin ni siquiera tocarnos a la puerta, solo entran sin avisar, nos pueden generar mil tipos de sensaciones y respuestas diferentes. Y su razón de ser también puede ser muy variada. Estas causas y efectos dependen muchísimo de nuestra propia personalidad y de los tiempos y funcionamientos de nuestro negocio. Por lo que tratar de identificar cada una en un solo post sería una locura. Lo único que podemos tener todos en común frente a nuestras crisis, es en qué hacemos. Porque solo hay dos caminos. Nos detenemos y nos paralizamos, o buscamos la manera de enfrentarlas.

¿Por qué nos surgen crisis?

Si hay algo que tiene este camino emprendedor que nadie me va a poder negar, es que nos llevan a nuestros límites y nos obligan a crecer y avanzar. Las crisis de un emprendimiento son muyyy distintas a las que pueda tener una empresa. Por el simple hecho que el emprendimiento somos nosotros mismos.

En cada producto que hacemos con nuestras manos, en cada nuevo posteo que le escribimos a nuestro público, en cada nueva idea que implementamos, estamos dejando una parte nuestra. Esa es una de las cosas más lindas que tiene este tipo de negocios, son personales, son cercanos, son más humanos y cada cliente se lleva una parte nuestra. Por eso, las crisis que surgen tienen tanto que ver con nosotros. Si nos paralizamos ante una, no tiene que ver con que no estemos preparados para emprender, que no seamos lo suficientemente activos o rápidos para elaborar una solución. Sino que hay algo dentro de nosotros que nos está llamando la atención para poder resolverse.

A veces, es necesario hacer un parate, evaluar la situación, buscarle el origen y darle su tiempo.Nadie nos corre. Tomémonos un momento para pensar porqué nos está costando pasar este problema. ¿Por qué el problema se convierte en una crisis? ¿Qué nos está moviendo por dentro? ¿Qué miedo nos está frenando? Cuando podamos escuchar que nos pasa, seguro la crisis en nuestro emprendimiento desaparezca. Porque como dije antes, el emprendimiento somos nosotros. Por lo tanto, somos los únicos que conocemos a la perfección como llevarlo a buen puerto. No dejemos que nuestros miedos, nos paralicen. Las crisis solo existen mientras las dejemos controlarnos. Y si no lo podemos evitar, solo hay que respirar profundo y darle tiempo.

¿A vos qué te parece? ¿Te suelen frenar las crisis o ya las tenés super dominadas? Si te animás, te invito a contarme qué métodos implementas para superarlas.